Como ya hemos comentado en otras ocasiones, es habitual que, para tramitar un proceso de kafala, las familias hagan uso de los servicios profesionales de algún abogado/a. El papel de estos profesionales es cada vez más importante y el incremento de sus honorarios empieza a dispararse aprovechando que cada vez son más las familias extranjeras, no sólo españolas, interesadas en la kafala.
Queremos recordar que para llevar a cabo una kafala no es imprescindible ningún abogado. De hecho las primeras familias que la efectuaron lo hicieron por su cuenta. Sin embargo, hoy en día es muy difícil poder moverse por los protocolos burocráticos marroquíes sin un apoyo, no sólo por razones de idioma. Este apoyo, remunerado, puede venir por parte de algún abogado, de un asistente social o de alguien que conozca bien los procedimientos de kafala y sepa moverse entre las diferentes instancias administrativas y judiciales marroquíes.
El apoyo de esta persona, abogado o no, no garantiza poder finalizar con éxito un proceso de kafala. Siempre hemos dicho que su actuación es básicamente de “gestoría”. De su buena gestión dependerá que la documentación necesaria se obtenga en unos plazos razonables y que los protocolos establecidos en el proceso de kafala se puedan ir siguiendo sin tropiezos. Ahora bien, cualquier cambio o imprevisto, en relación a las instancias marroquíes (jubilación o cambio de un juez, procurador, etc.) puede hacer variar la gestión o duración de una kafala.
Cada ciudad tiene sus particularidades y en cada una los profesionales que intervienen pueden ser diferentes, aunque normalmente son abogados. En principio puede parecer que cualquier abogado, con la ley en la mano, podría gestionar eficazmente un proceso de kafala. Pero, desgraciadamente no es así y ya hemos tenido algunas experiencias negativas. No sólo hay que conocer bien la ley de kafala (esto no es complicado), sino que hay que estar familiarizado con las particularidades de funcionamiento y tipo de sintonía que pueda haber en los diferentes tribunales de familia de cada ciudad, que pueden ser muy diversos, y, muy importante, hay que saber a qué puerta llamar y a cual no llamar (especialmente en lugares donde el juez es partidario de la kafala a extranjeros y el procurador no, o bien donde los representantes del Ministerio Islámico pueden ser refractarios a este tipo de kafala).
Desde IMA facilitamos a las familias las informaciones de que disponemos (que no son otras que las que nos van haciendo llegar las familias, en un proceso de retroalimentación que esperamos sea duradero), entre ellas la de las personas, normalmente abogados, que tienen experiencia en gestionar kafalas en una u otra ciudad. No tenemos ningún interés en que el profesional sea uno u otro, pero por haber tenido alguna experiencia negativa, sólo se dan datos de abogados que sepamos a ciencia cierta que han conseguido llevar adelante procesos de kafala con éxito. El problema de esto radica en que en alguna ciudad, como Rabat, por ejemplo, se produce un monopolio de facto por parte del profesional, que acaba comportando un incremento de honorarios abusivo y una ralentización en las gestiones, producto de la gestión de numerosos expedientes de kafala vez.
Siempre hemos comentado que sería bueno disponer de referencias de más profesionales, para evitar estas situaciones. En alguna ciudad ya tenemos conocimiento de más de un profesional que ha tenido experiencias positivas en la gestión de kafalas. Queremos aprovechar para hacer un llamamiento a las familias que hayan podido hacer la kafala con éxito, con algún profesional nuevo (como ha pasado en Casablanca, por ejemplo), para que nos faciliten los datos de contacto y posibilitar que podemos hacer llegar más opciones a las familias interesadas. Eso sí, la experiencia a día de hoy nos hace evidente, que a pesar de que aparezcan nuevos profesionales o haya más de uno en una ciudad, los honorarios son muy elevados en todos los casos (y si hay algún profesional que se incorpora a gestionar kafalas con unos honorarios más razonables, rápidamente los incrementa en cuando se entera de lo que las familias pagan a otros profesionales). Sin embargo, si el hecho de que haya una mayor diversificación de profesionales sirve para que no se acaparen tantos expedientes en unas solas manos y la gestión pueda ser más ágil, bienvenida sea.
Si el caso de los profesionales marroquíes empieza a ser flagrante, en cuanto al provecho económico que obtienen, el caso de profesionales españoles que han visto la kafala como una oportunidad de negocio, podemos calificarlo, de indignante, inmoral, tomadura de pelo y otros tipos de consideraciones que podrían ir más allá que las de tipo ético.
Poco a poco han ido apareciendo en España algunos profesionales, no necesariamente abogados, que ofrecen sus servicios para gestionar kafalas en Marruecos y se publicitan por internet o boca a boca. Ofrecer como producto mercantil el hecho de hacer una kafala en Marruecos por parte de un abogado español, lo entendemos como un fraude. Fundamentalmente porque se generan unas expectativas que de ninguna manera se pueden garantizar. Los honorarios son desorbitados y al final lo que te están “vendiendo” es gestionarte los documentos españoles necesarios para gestionar la kafala en Marruecos y el tramitar posteriormente el proceso de adopción en España. ¿Y la kafala? Te lo visten como funcionamiento empresarial, pero en la práctica a lo único que se comprometen es a darte el teléfono de un abogado (que cobrará sus honorarios a la familia, aparte). Y espabila. Como sabréis, obtener los documentos necesarios es sencillo. Esta información se puede obtener en IMA o en otros lugares de forma gratuita. El único gasto que puede haber es el de gestoría (cualquiera de ellas que lleve temas de extranjería, lo tiene por la mano) en el caso de que la familia sea de fuera de Madrid y no quiera desplazarse a esta ciudad para las últimas legalizaciones. En cuanto al trámite de adopción en España, hay abogados de familia que lo pueden hacer a mejor precio e incluso, en las ciudades donde los juzgados de familia están más familiarizados con la kafala, lo puede hacer la propia familia sin necesidad de abogado.
Está claro que los honorarios que cobra esta gente no se corresponden a la tramitación de papeles. Si hay alguna familia que ha accedido a pagar una burrada (no nos consta que haya habido muchas, afortunadamente) lo hace pensando que es “el precio” de la kafala. Tal como hemos comentado, nada más lejos de la realidad. ¡Ah! y si a alguien, después de pagar una gran cantidad le “garantizan” que hará la kafala, que se lo piense. Podría haber algún profesional que se planteara que sus clientes tuvieran un trato preferente, en cuanto al plazo de asignación del niño en un orfanato, después de hacer un generoso donativo (a la créche, a ……. ). Mejor que no demos pie a que pase eso.
Resumiendo, si un abogado marroquí no puede garantizar el buen fin de una kafala, por muy elevados que sean sus honorarios, imaginaos un abogado español, que no tiene ninguna competencia en Marruecos. Si ya es triste que un profesional de allí, (que son los que realmente gestionan la kafala) se aproveche comercialmente más allá de lo que debería ser razonable, que lo pretendan hacer abogados de aquí con publicidad engañosa, resulta más que lamentable.
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